El paladín comenzó como una clase de beneficios defensivos. Al principio, los beneficios eran la razón por la que alguien quería tener a un paladín en su grupo (y siendo sinceros, hay que señalar que el paladín debía concentrar casi toda su atención en mantener todos esos beneficios).
Los paladines con el nivel máximo de experiencia en la versión clásica de World of Warcraft eran sanadores ante todo, lo que suponía una decepción para algunos jugadores al alcanzar el nivel 60. Como ya sabrán muchos de nuestros lectores, la clase paladín era exclusiva de la Alianza. Nos dimos cuenta de que estábamos equiparando cada vez más las facultades de los paladines y de los chamanes para intentar resolver los problemas de desequilibrio entre facciones y, en cambio, ese proceso estaba perjudicando a las clases, por lo que pensamos que sería mucho mejor tener paladines y chamanes en las dos facciones. En The Burning Crusade, los paladines obtuvieron la facultad de ser tanques y en algunas situaciones se desenvolvían bastante bien, pero seguían siendo más bien tanques secundarios. Al final, en Wrath of the Lich King, pulimos las tres especializaciones de los paladines: los paladines de Protección pueden ser unos tanques perfectos; los paladines de Reprensión cumplen una función de dps adecuada tanto en JcE como en JcJ y, por supuesto, los paladines aún pueden sanar.